Que Descarado

lunes, 17 de febrero de 2014

Es cuestión de amor

Ser una perra, autonombrarme como tal, ha sido una de mis actitudes en el año anterior; ser una perra significaba disfrutar cada hombre que pasara por mi vida sin preocuparme en lo más mínimo por mi imagen ante los demás; ser una perra significaba tener hoy un hombre o dos y mañana otros distintos; ser una perra significaba ocultar mis sentimientos de cualquier persona y ser visto como alguien que sólo piensa en sexo, lo que no era algo del todo equivocado, pienso en sexo y mucho, es uno de los enfoques de mis ojos; veo un hombre y enseguida estoy pensar sobre como tendrá la verga, que tan dura se le pondrá; ser una perra significaba ver a cualquier hombre que apareciera dentro de mi campo visual, sin importar la distancia y detallarlo pensando en lo rico que sería tener un momento de placer con él; ser una perra significaba eliminar todo sentimiento de cariño y entrega, cambiandolos por pensamientos lujuriosos y/o de orgullo, teniendo un enfoque de lo que soy.
¿Que soy? Te habrás preguntado, tan sólo soy un muchacho de 31años que tan sólo se siente bello cuando alguien se lo dice; tan sólo se siente seguro cuando está protegiendose de sentir, alguien que aunque tiene ojos verdes y se la pasa diciendo a todo el mundo, espera que los demás sean quienes le digan lo bonitos que son; soy alguien que odia escuchar su voz a pesar que los demás siempre digan que tengo una voz bonita incluso sensual; soy alguien que no está conforme con los pocos centímetros de su verga aunque haya visto, probado y gustado de otras más pequeñas; soy alguien que se desborona viendo otros hombres y sin importar como sean físicamente siempre piensa que no es tan guapo como los demás, que aunque ha culeado con tipos muy bellos y ha tenido novios envidiables, todavía se pregunta sobre su belleza exterior.
¿Que hay para decir de mi belleza interior? Bueno es de las tantas cosas que sigo sin entender de mi relación con los demás, muchos me dicen que soy una persona de sentimientos muy bonitos, que soy tierno, consentidor, amable, decente, noble y tanta palabreria que yo no creo; cada vez que estoy con alguien pienso en sus defectos e incluso pienso sobre el momento que se va a callar y me va a escuchar. Me siento egoísta, prepotente, orgulloso, soberbio, interesado, creído, alguien que cuando hace algo por los demás piensa en como eso podría hacer que gane un poco de amor de los demás, soy alguien que cuando hace algo bueno con el corazón lo daña totalmente con sus impulsos, sí soy un impulsivo de mierda que por lo infantil e inmaduro que soy daño todo pensamiento bonito de los demás hacia mi. Le he hecho daño a personas que he querido mucho y he amado; un daño que no sé ellos que tan consientes sean de ello.
Desearía poderme mantener fuerte gracias sólo a mi, no querer tirar la toalla y rendirme, no pensar que estoy demasiado viejo para vivir, deseo con todo mi corazón poder amar de forma pura, pero sé que es sumamente importante tener amor propio antes de poder amar a alguien más.

lunes, 10 de febrero de 2014

Odio amarte

Y me duele el corazón pensando que él puede estar por ahí tan sólo preocupado por su viaje y no me extrañe lo suficiente como para llamarme y pedirme disculpas, pero me doy cuenta que no tiene necesidad de hacerlo, ya que según su opinión yo iba a ser su cómplice y "0 rollos, 0 compliques, 0 reclamos, 0 enamoramientos". Pero yo no la tuve clara y resulté enrollado y me compliqué la vida enamorandome de alguien que es un egoísta y sólo me tenía para acompañarlo y darle ánimos cuando las cosas en su vida se complicaran. Me dolía cada vez que era fin de semana porque el seguía con el plan de hacer orgias o por lo menos asistir a alguna y yo seguía reclamandole por cualquier cosa que haya pasado o dicho en ellas, buscando alguna forma de alejarme y no enamorarme, pero no pude, tan sólo hasta ahora llevo más días sin hablarle ni buscarlo pero eso sí extrañandolo mucho, deseando ver esa sonrisa que me cautivaba cada vez que yo llegaba a su casa y me abría la puerta ó esa voz de niño consentido que me fastidiaba y me enamoraba ó cuando me pedía tontamente que le hiciera "arrumacos", era tan consentido y yo tan fascinado consintiendolo.
Odio con todo el amor que le tengo pensar así en el, y no ser capaz de hablar de él sin sentir ese sentimiento tan fuerte que creció en mi corazón.