Que Descarado

domingo, 23 de diciembre de 2012

Pasion por el futbol


Era la fecha de un partido de la selección Colombia en eliminatorias para el mundial, Camilo como siempre preparado para verlo en su casa, su novia lo dejaba solo a ella no le gustaba el fútbol  a mí tampoco pero me encantaba pasar tiempo con él, ya lo había acompañado no solo a ver fútbol sino también lo acompañaba cuando tenía algún partido por jugar, aunque me tocara aguantarme todas esas palabrotas que decían cuando jugaban, y hacerme pasar por heterosexual cada vez, sacando una excusa diferente para no jugar con ellos, hacerme el que iba a verlos jugar por desparche, no porque me interesara verles las piernas o el culo paradito y delicioso que tenía más de uno. Algunas de las novias, iba de vez en cuando, a algunas si les gustaba el fútbol y se vestían también con los uniformes de los respectivos equipos, muchas se veían sexys; cuando iba la novia de Camilo, ella era de las más bonitas, y le tocaba verse muy bien ante las demás, pues más de una le tenía ganas a Camilo, todas ellas sin pensar si quiera con quien era que más se divertía y celebraba los partidos que tenía. En esta oportunidad ella no había querido acompañarnos, dijo que prefería visitar a la familia o  irse de compras; yo encantado que ella no estuviese, porque así podría tener una tarde de fútbol como me gustaban.
El partido comenzó, como era de esperarse al principio todo era lento y no pasaba nada emocionante, al principio le puse un poco de atención al partido, pero como me sucedía siempre que tenía ese tipo de plan, yo resultaba poniéndole más atención a la entrepierna de su jean, a la que siempre llevaba su mano cuando pasaba algo que a él le causaba emoción, yo me confundía, porque cuando le ponía un poco de atención al partido, las faltas que se cobraban con barrera, me causaban mucho morbo, y no sabía que era más interesante de ver, si una barrera de jugadores deliciosos agarrando sede de la cintura o protegiéndose el paquete; o, ver a Camilo haciendo esos mismos gestos como si el balón fuese a saltar de la pantalla. El partido avanzó en medio de algunos acercamientos de ambos equipos, que para mí dicha provocaban que  algo creciera en el pantalón de Camilo, y eso era algo que a mí me encantaba ver y sentir,  y ya pronto estaría por cumplirse los 45 minutos del primer tiempo, y ese receso, era una oportunidad perfecta para dejar fluir toda esa pasión del fútbol.

El árbitro central hizo sonar el silbato, anunciando la culminación del primer tiempo; un partido que hasta el momento el marcador se mantenía 0-0, ese silbato también era una señal para Camilo y para mí, ya conocíamos la rutina y sabíamos que hacer en ese instante, él volteaba a verme, se acercaba a besarme mientras se desabrochaba su pantalón y lo bajábamos hasta las rodillas, o a veces él se bajaba el pantalón y yo lo ayudaba con el bóxer, para ver como su verga se erguía de forma automática, mostrando su imponencia y deseos de ser lubricada; en esto yo ya me estaba preparando y tenía bastante saliva en mi boca, que me dejaba el beso que nos habíamos dado segundos antes, dirigía mi boca hasta su verga, abrazándola con mis labios totalmente y comenzar a chuparla desde la raíz hasta la punta; mientras me ponía a sus pies arrodillándome, estando más cómodo para tragarla toda de un solo bocado, esa verga me encantaba, y la chupé, lamí, mamé, me atragante con ella, no podía dejar de hacerlo esa verga era de exquisita proporción, con unas venas a las que parecía no caberle una gota más de sangre por ellas. Yo recorría esas venas con mi lengua, mientras que con mis labios disfrutaba cada uno de sus centímetros, de arriba a abajo y viceversa, chupándola de la forma que según Camilo ninguna de sus novias lo hacía.
Me agarre de sus muslos mientras él me tomaba de la cabeza, para que yo no dejase de mamarla, yo con más fuerza seguía mi consumo de verga, lubricándola con mi saliva, chupando sin cesar, intentando con mis labios y lengua llegar hasta sus huevas, que eran las únicas que me tentaban a sacar ese tetero de boca.
La tome por la mano, para masturbarla un poco mientras me deslizaba por sus huevos, lamiéndolos y saboreándolos, ellos se adueñaron de mi lengua y boca por un buen momento, y su verga de una de mis manos, dejándome la otra libre para acariciar sus piernas y nalgas de futbolista que tanto me gustan,  que incluso cuando Camilo tiene pantalón o sudadera provoca perderse en su entrepierna disfrutando todo lo que tiene ese gran paquete. Ya al momento de calcular que el receso se acabaría y empezaría el segundo tiempo del partido, volví con mi boca  a atragantarme de esa verga, ahora chupándola con mas ímpetu, queriendo obtener de ese manantial el fruto de lechita caliente que tanto me gusta, el ritmo de la mamada lo volví más acorde a lo que yo quería conseguir, obviamente que Camilo también quería lo mismo y se dejaba complacer totalmente, y me tomaba de los hombros para mostrarme su satisfacción y también para que al momento justo apretármelos y yo darme cuenta que era el momento de mi recompensa y disminuir la velocidad para disfrutar con mi lengua como su leche fluía con tal fuerza por los respectivos conductos en la verga y me inundaban la boca de  su semen calientico y espeso que saboreaba como el mejor manjar, sin dejar desperdiciar ni una sola gota, no retiraba mi boca hasta sentir que ya no estaba fluyendo más su semen, luego si sacaba esa verga de mi boca y limpiaba con mi lengua cualquier residuo de saliva y esas ultimas gotas que escurren al final.
Él se levantó, fue por unas cervezas, pero antes de tomarlas me dio un gran beso, siempre le gustaba sentir el sabor de su semen en mi boca después de una buena mamada; luego destapaba las cervezas, tomaba un buen trago y se acomodaba para el segundo tiempo, esta vez el jean ya le estorbaba así que se quedó con la pantaloneta del mismo uniforme que tenía la selección en ese día. Sonó el silbato anunciando el comienzo de la otra mitad del partido, lo que haría que Camilo volviera a concentrarse en el fútbol, yo por mi parte aunque no me interesaba quienes ganaran y como, si me beneficiaba de un buen resultado. No faltó mucho para que Colombia hiciera el primer gol, aunque preciso en ese instante yo estaba distraído mirando los vellos de sus piernas, y pues claro me asustó cuando saltó gritando el gol, y cantándolo a todo pulmón, le compartí su alegría interesándome en como fue el gol; él ya sabía que yo a veces me distraía morboseandolo y no le importaba, simplemente cuando yo me mostraba interesado pues me explicaba, y me metía en el cuento del fútbol; la alegría del triunfo momentáneo estaba dando sus beneficios ya que a mí me abrazaba y me llenaba de besos.
Seguimos tomando más cerveza y mirando el partido, pues ahora el otro equipo estaba atacando con mayor fuerza, lo que me produjo un mayor interés en el partido, estaba viendo un partido con emoción y buen fútbol y no lo que nos tenía acostumbrado los antiguos partidos de Colombia, mucho toque y nada de nada; a mí me encantaba cuando los partidos iban bien porque mi recompensa al final era súper. Faltando 10 minutos para finalizar el partido, Colombia metió otro gol, esta celebración ya no me cogía desprevenido ahora yo también lo celebraba, claro sin dejar de pensar en que ya faltaba poco para acabarse el partido, Falcao me estaba dando una tarde de fútbol como me gustaban, y que tanto esperaba desde que Camilo me pidió que lo acompañara.
El partido terminó 3-0, la emoción de la victoria sobresalía de aquella pantaloneta azul, yo no podía esperar más mi trofeo, Camilo se levantó y se arrodilló frente a mi sobre el sofá en el que estábamos sentados, dejando su paquete frente a mi cara, se quitó la camiseta y como sabia lo mucho que a mí me gustaba su torso, me tomó de las manos y las llevó hasta su pecho, yo de inmediato lo acaricié, mientras el me quitaba mi camiseta y se agachó para besarme mientras nos acabábamos de desnudar, al terminar de hacerlo, me levantó y me alzó para que yo me abrazara de su cuello y de su cintura con mis piernas, me llevó hasta un sillón, donde dejo reposar mi espalda, estirando mis piernas formando una gran V, acercó ahora su verga  tanteando con ella el culo donde iba a entrar, me escupió mientras veía como me dilataba y miraba excitado como mi culo le decía que sería bien venido, se acomodó mejor para ahora si penetrarme en forma lenta disfrutando de ese caluroso hogar para su verga, una vez que sintió que la había metido toda, me volvió a alzar, asegurándose de tener el control absoluto sobre mí, posición que me encantaba ya que me mostraba la fuerza de mi pareja, Camilo se movía bastante bien cuando me alzaba y si se cansaba de la posición volvía a poner mi espalda sobre algún mueble y así concentraba toda su fuerza en darme verga, en este día me mantuvo un buen rato en V, mientras que me besaba las piernas, su cara denotaba la alegría del triunfo de Colombia y aunque no era ninguna final de copa, yo estaba recibiendo toda la gloria, sacó su verga un momento tan solo para darme la vuelta y arrodillarme sobre el sillón poniéndome en cuatro y penetrándome de nuevo, esta vez no con deleite, ahora era con total arrechera, esa verga que me empujaba con tal fuerza que si el sillón no estuviese contra la pared, seguro se hubiese volteado. Cuando me tenía en esta posición sacaba su verga en algunos momentos para darme merecidos latigazos con ella, los cuales me encantaban, me hacían sentir lo dominado que estaba ante esta delicia de miembro. Me dio verga sin piedad haciéndome gemir de placer. Ya cuando tenía ganas de venirse me acostó sobre el sofá, sentándose sobre mis muslos, masturbándose con una mano y con la otra masturbándome, esto hacia que yo me viniera mas rápido, me encantaba la mano que me daba; me vine con mucha fuerza; al verme venir él lo hizo también, con la misma fuerza que lo había hecho en mi boca, su semen ahora se derramaba sobre mi cara, mi cuello y mi pecho, sus últimas góticas fluyeron sobre mi ombligo.
Camilo se levantó, buscó algo para limpiarme, nos vestimos y salimos a encontrarnos con su novia que nos estaba esperando en el centro comercial.