Que Descarado

miércoles, 18 de julio de 2012

Detonante


Para el sábado 19 de julio, Wilson quería hacer una reunión en el apartamento y tomar un poco con sus compañeros de trabajo, entre los que estaban, Sandra, su prima, Rosa, una manicurista y otros de los empleados de la peluquería. Yo sabía que iban a tomar mucho y escuchar música, aunque no era de mi total agrado ese tipo de reuniones, pues se ponían a hablar de cuestiones de la peluquería, del trabajo que habían tenido en esa semana, o bueno Wilson se ponía a hablar de sus proyectos y sus historias de vida, que generalmente eran las mismas, y lo mas harto para mi era que la música que les gustaba escuchar era vallenato, merengue y salsa, que son los ritmos que menos me gustan, una de las grandes razones por las que no me gustan, es porque no sé bailarlos. Llegó la hora de la reunión, llegaron los invitados, el trago estaba listo, muchos me conocían porque yo era el encargado de llevar la contabilidad de la peluquería, y como el novio de Wilson le ayudaba mucho con el apartamento y también en el trabajo, aunque él a ratos intentó aparentar que éramos tan solo amigos sus compañeros sabían desde hace rato quien era yo, en especial su prima que era su alcahueta y Rosa que era una gran amiga para mi. Wilson como siempre los saludaba y hablaba con ellos, haciéndose ver siempre como alguien que es un gran líder y no un jefe, pero no pasaba de verse como alguien que simplemente quería mantener la imagen de ser superior ante sus empleados. Comenzamos a tomar mucho ron con Coca-Cola, era la combinación que a la mayoría nos agradaba y pues la preferida del jefe, así que nadie mas iba a decir algo por que solo había esa opción, y pues como eran bien tacaños los empleados, pues tomaban lo que les dieran así no tenían que ponerse a traer mas trago por su cuenta, algo típico de ellos era que les gustaba tomar sin gastar un peso de su bolsillo.

La reunión avanzó en medio de mucho trago y música, aunque no todos estaban tan alegres, yo disimulaba mucho mi aburrimiento, lo único rico de la noche era tomar, y como la música no me gustaba ni sabía bailarla, prefería quedarme sentado hablando con el que tuviera mas confianza. Al rato Wilson me dijo que vendría un ex, un muchacho que había conocido un años atrás, estaba de viaje y había llegado ese día a la ciudad, vivía bastante cerca y se hablaron para que viniera a la reunión; a mi no me gustó mucho la idea, aunque no se lo hice saber, solo disimulé y le dije que no había problema, algo bueno era que tenía la oportunidad de conocerle a otro ex, esperando que con este me dejara una mejor impresión que el otro ex que le conocía. Gustavo, como se llamaba el chico, llegó al momento que Wilson me contó la noticia, era muy lindo, parecía de buen cuerpo, una cola que provocaba cositas, joven de 19 años, muy tierno, y muchas otras cosas que comencé a comparar enseguida conmigo. También pude darme cuenta que a Wilson le gustaban mucho los muchachos jóvenes, recién salidos del cascarón, a el chico lo había conocido de 18 años pero su otro ex se lo había espantado, a mi me había conocido de 20 años y pues a pesar de todas las cosas que había hecho ese ex para que yo me alejara, yo seguía firme con Wilson, llevábamos 9 meses de relación, de los cuales 3 meses llevábamos conviviendo. Aunque mi relación estaba fuerte y Wilson me quería mucho, yo no pude evitar seguir comparándome o mejor dicho sentirme muy poca cosa al lado de ese chico, yo no me sentía lindo y a él lo veía muy lindo, yo no estaba estudiando en una universidad y él ya estaba acabando su carrera, yo aunque trabajaba para Wilson no estaba en la mejor posición económica y él parecía que estaba súper estable económicamente, en fin yo buscaba cualquier detalle para compararme y siempre salía perdiendo. Mientras lo detallaba aprovechaba para tomar mas, manteniéndome un poco alejado de la conversación que tenía Él y Wilson, yo hablaba con Rosa que me decía que aprovechara la noche, y que no me preocupara por Gustavo que yo era el novio de Wilson y pues si estaba conmigo era por algo, que yo era mas bonito que ese muchacho, y que tenía muchas cosas que a él le faltaban, cosas que a mi me entraban por un oído y me salían por el otro, también ella intentaba sacarme a bailar, no quería que me quedara sentado todo el tiempo, sabía q1ue si lo hacía el trago me iba a coger duro, después de muchos intentos por fin lo consiguió, salí a bailar un merengue bien suavecito sin tanto complique para bailar, no sé si porque yo ya había tomado mucho o porque estaba cansado de que me rogaran para bailar.

Algunos de los empleados ya se estaban yendo para sus casas, lo que hizo que Wilson estuviese con los de su total confianza, eso hizo que ahora me sacara a mi a bailar un vallenato que me había dedicado desde hace meses, esta vez no me hice del rogar, no podía desairar a mi novio delante de un ex de él, eso me haría quedar muy mal, yo prefería hacer el oso bailando un vallenato, que quedar como un aburrido ante su ex, aunque creo que eso ya lo había conseguido desde que nos presentaron, pues no baile sino con Rosa unas pocas veces; con Wilson bailamos y hablamos, me decía que le alegraba que yo no me incomodara por la presencia de Gustavo, yo tan solo fingía la sonrisa y hacía que no pasaba nada, cuando por dentro yo estaba que me mordía de la rabia de ver que ese chico era mejor que yo en muchos aspectos. Acabamos de bailar y me senté mientras que Wilson sacaba a bailar a su prima; momento que aprovechó Gustavo para acercarse y hablar conmigo, me habló de lo mismo que Wilson, esperando que yo no estuviese molesto por que él estuviera en esa fiesta, yo le sonreí y le dije que no pasaba nada, hablamos de otras cosas, de la música tan harta que estaba para mi, tomábamos mas trago, en fin yo ya estaba tranquilo, sentía que podía disimular mejor lo que estaba sintiendo durante el transcurso de esa reunión.

Se iba haciendo mas tarde y marido, o lo que fuese, de Sandra, le comenzó a dar sueño y como ella no tenía ganas de irse para su casa, que era a pocos metros de donde estábamos, le dijo que se acostara un momento en un sofá-cama que teníamos en la habitación, cosa que Wilson autorizó previamente, pues estaba muy contento echando chistes malos con ella. Rosa, Gustavo y yo hablando aparte, Rosa me ayudaba haciendo conversación sobre su vida y todo eso, y cada cosa que yo escuchaba que había hecho él, estaba haciendo y/o tenía planes de hacer, me hacía sentir peor, pues en ningún momento dejé de compararme; mi excusa en muchas ocasiones de la conversación para evadir ciertos temas era ir a servir mas trago o la típica de tener que ir a orinar. Llego el momento que Gustavo dijo que se iba ya para la casa, ya era como la 1 de la mañana y pues aunque estaba cerca a su casa, no quería demorarse mas, muy amablemente Wilson se ofreció a acompañarlo, a mi no me parecía buena idea, pero no iba a decir nada, así que me despedí muy cortésmente deseándole una feliz noche y pues que en todo le fuera bien.

Cuando ellos salieron del apartamento, yo entré al baño para mojarme la cara y luego me quedé en la sala un momento intentando hablar con Rosa, por que no podía dejar de pensar que los había dejado solos, y que ese chico era mas bello que yo, pero entonces comencé a sentir que no debía dejarlos solos, así que me levanté, salí del apartamento, fui hasta la puerta del edificio donde vería si estaban cerca o no, ya cuando estaba afuera miré para ambos lados de la calle, volví a mirar para un sitio que me llamo la atención, reconocí a Wilson caminando al lado de Gustavo, estaban cruzando una avenida, ya iban lejos pero alcancé a darme cuenta en el instante en el cual Wilson abrazaba a Gustavo, los celos fueron enormes en ese momento, no quise ver mas, entre llorando al edificio, Rosa me estaba esperando en la puerta del apartamento y apenas me vio llorando me consoló, ella sabía que yo me sentía mal por la presencia de Gustavo, le dije que me acompañara que no quería estar solo, no me sentía bien, me sentía muy defraudado, me sentía engañado por la persona que yo amaba, sentía que todo lo que él me decía, que me quería y mi que me amaba, que yo era lo mejor en su vida, eran solo mentiras. Wilson no tardó en llegar, al verme llorando me preguntó que me pasaba, yo no le hablé amablemente, le decía que si para él era mas importante ese muchachito que se quedara con él, pero que no tenía que hacerme eso, que yo me había entregado totalmente a él. Rosa tan solo trataba de calmarme, yo estaba histérico, pero Wilson le dijo a ella que se fuera y que me dejara solo, que tan solo era una pataleta ya que yo había tomado mucho y estaba mas que cogido por el alcohol; ella le hizo caso y se fue, en ese momento yo me desesperé, no quería estar solo, no quería que me quitaran a la única persona que si quería estar conmigo esa noche. Hubo un momento en que vi como Wilson despedía a Rosa cerrando la puerta del apartamento, sentía como me quitaban a la única persona que podía estar conmigo en ese momento, yo no quería quedarme solo, o bueno, no solo con Wilson, él se me acercaba me calmaba diciéndome que todo era una confusión, que me acostara a dormir y que después que se me pasara la borrachera hablaríamos y aclararíamos lo que había pasado; yo lo rechacé, le dije que me dejara solo, que no quería estar cerca que él, él se cansó de todo y se fue para la habitación, dejándome solo en la sala.

Estuve acurrucado en el tapete, otro rato sentado en algún sillón, tomando el poquito de ron que quedaba; estaba triste, pensando en lo solo que me encontraba, enseguida volaron hacia mi imágenes de mi vida en los cuales la soledad era la gran protagonista, recordaba como en tantos momentos importantes para mi, tuve que estar solo porque mis padres estaban muy ocupados trabajando, que tuve pocos amigos porque me sentía muy extraño en el mundo de ellos, y que a pesar que había tenido buenos amigos, siempre se habían ido de mi lado; pensaba que aun en la iglesia cristiana había tenido muchos momentos de soledad, mientras recordaba todo eso pensaba que ahora mi novio me dejaba solo, mi novio me había quitado a mi mejor amiga y también era otra persona que en los momentos que mas necesitaba de alguien , no estaba. Mi cabeza comenzó a llenarse de soledad, ahora era algo mas aparte del complejo de inferioridad que tuve toda la noche con respecto a Gustavo, complejo que en la soledad se fue incrementando, ahora eran imágenes de mi niñez y adolescencia en las que me sentía inferior a los pocos amigos que tenía, a mis compañeros de la escuela y del colegio. En cuestión de segundos pasaban mil imágenes por mi cabeza, yo intentaba controlarlas pensando en Jesús y sus enseñanzas, yo había entrado a la iglesia cristiana un día después de conocer a Wilson, ya sabía mucho de la biblia pero no encontraba algo que diera alivio a mi soledad, y los pensamientos de soledad, de inferioridad, de patito feo, de no ser alguien a quien pudieran amar, estaban rodeándome, encerrándome en una esfera de sombras, y aunque yo podía ver perfectamente lo que había a mi alrededor, pues la luz de la sala la mantenía prendida, veía los vasos de tragos, las colillas de cigarrillos que había fumado Sandra y algunos de los empleados de la peluquería, yo me sentía totalmente rodeado por sombras que me lanzaban pensamientos de soledad, otras me lanzaban mas pensamientos diciéndome que yo no podía ser alguien en la vida, otras que me decían que a mi nadie me quería; todos estos pensamientos llegaban con las mismas voces e imágenes exactas de las personas que muchas veces me hicieron sentir mal, amigos y familia, muchos en algún momento me habían hecho sentir lo peor de este mundo y ahora estaban volviendo a hacerlo.

A pesar de todo el trago que había tomado no sentía sueño pero mi cuerpo se estaba adormeciendo, me sentía totalmente lucido pensando y recordando tantas cosas, pidiendo a Jesús que viniera y me rescatara de las sombras, o a mi Papi que me protegiera como un ángel de la guarda, ya que él había muerto días después de haber conocido a Wilson, pero nadie venía en mi auxilio, yo tenia que tomar fuerzas por mi solo, aun en un momento así tenía que estar solo, tenía que luchar contra mis propias sombras solo, pues me llené de valor, me levante de la sala, le dije “no mas” a las sombras, “no voy a permitir que me sigan haciendo sentir mal”, esta es mi vida y yo decido que soy y que no, entonces fui para la cocina, tomé un cuchillo, el mas grande, y lo empuñe contra mi muñeca izquierda, las lagrimas se me salían al ver que estaba tomando el valor por fin para hacer lo tanto había anhelado años atrás, yo no quería hacerlo pero tampoco quería detenerme, entonces esas mismas sombras que me estaban haciendo sentir solo, feo, inferior a todos los demás y nada amado, comenzaron a enviarme imágenes de tantas veces que desee la muerte, cuantas veces quise tener el valor para quitarme la vida. Yo tenia mi vista enfocada tan solo en una cosa, el cuchillo sobre mi muñeca; mientras que recordaba tanas cosas apreté mas el cuchillo y comencé a cortarme, sentía algo de dolor, el alcohol estaba haciendo su parte como analgésico, aunque era algo que no quería hacer lo estaba haciendo y no me iba a detener, seguía pensando en Jesús y tan solo le pedía perdón, le decía que esperaba que me recibiera al otro lado, que aunque yo supiera que no estaba bien lo que estaba haciendo me perdonara, que no me iba a detener, eso era lo que yo necesitaba, mi alma necesitaba ese descanso, le pedía a mi Papi que me ayudara a pasar a mejor vida, que me cuidara en todo momento, que si él me estaba viendo que por favor no me dejara solo. La sangre comenzó a gotear, para mi era increíble ver mi sangre de esta forma, pero ni aun eso me hacía retroceder, ya también me dolía un poco mas, me ardía, y yo seguía con mi mente pensando en Jesús y diciéndole “perdóname pero no voy a detenerme”, siempre me habían enseñado que lo que estaba haciendo no tenía perdón, pero yo esperaba que por el amor que siempre decían que él nos había tenido, pudiese encontrar un perdón, las imágenes seguían en mi cabeza, las sombras seguían rodeándome, no se detenían, al contrario, parecía que la sangre las alimentaba, ahora mi sangre no salía por góticas, ahora ya era un chorro, sentía que mi preciosa sangre se estaba derramando y yo todavía no sentía desfallecer, entonces seguía cortando, quería que alguien me detuviera, pero no quería ser yo ese alguien, pero yo estaba solo, mi novio estaba en la alcoba durmiendo mientras que yo estaba en la cocina quitándome la vida. La sangre que estaba perdiendo ya era mucha, podía ver como el charco de sangre salía de la cocina para la sala, la sangre corría, mostrándome un rio rojo de mi sangre, se veía tan hermosa y me daba tanto pesar que mi sangre estuviese derramándose de esa forma, ya me sentía sin fuerzas, no quería cortar mas, ya las sombras estaban desapareciendo, tan solo me sentía muy cansado, quería dormir, solté el cuchillo lo dejé en la cocina y me fui para la habitación, me acosté al lado de Wilson, dejando mi brazo hacia un lado, para no manchar el tendido y poder dormir esperando no encontrar un nuevo amanecer.

Abrí los ojos, recordé al instante todo lo que había hecho la noche anterior, miré mi mano, la podía mover, me levanté un poco para ver quienes mas estaban durmiendo en la habitación, estaba Sandra y su marido, también estaba Rosa para sorpresa mía, ella nunca se había ido del apartamento, pensé en toda la sangre que había en la cocina y en la sala, no quería que al levantarse ellos fuesen a encontrar ese reguero y tener que darles explicaciones a todos, así que fui inmediatamente a buscar un trapero y limpiar lo que mas pudiese, hice lo que pude sin hacer ruido y volví a la cama, cuando me estaba acostando, Sandra se despertó y llamo al marido, Wilson también se despertó, yo me hice el dormido inmediatamente, cubriendo mi brazo para que nadie notara la herida, ellos se organizaron rápidamente y salieron, Rosa y Wilson siguieron durmiendo . Como a las 9 de la mañana del 20 de Julio, ellos se levantaron se organizaron un poco y se fueron para la peluquería, intentando no hacer ruido para no despertarme, yo seguía fingiendo que estaba dormido, aunque me sentía muy agotado no podía dormir. Como a las 10 de la mañana llegó Rosa a preguntarme que iba a desayunar, Wilson iba mandar comprar algo, yo le dije que no, le pedí que me llamara a Wilson, que fuese lo mas discreta posible en decirle que viniera a verme que tenía algo importante para hablarle, ella pensó que yo le hablaría de Gustavo, en ningún momento alcanzo a ver los charcos de sangre que yo no había alcanzado a limpiar de la cocina, tampoco le dejé ver la herida, así que ella fue a hablar con Wilson, no sin antes recomendarme mucho que no terminara con él, que no hiciera una locura, algo de lo que me pudiese arrepentir; para mi esos consejos eran los que necesitaba cuando me quedé solo pero en eso momento ya era tarde. Llegó Wilson a la expectativa de lo que le iba a hablar, pero también muy preocupado por mi desayuno, yo le pedí que se sentara, que tenía algo importante para hablarle, pero las palabras no me salían, solo le pude decir, “Wilson, creo que una imagen habla mas que mil palabras”, enseguida le mostré el brazo, con mi herida totalmente abierta pero sin derramar mas sangre, él se echó a llorar inmediatamente, no sabía que decirme, aunque le era difícil hablar con ese llanto, le pedí que se calmara, que yo necesitaba de su ayuda, él lo hizo de la forma mas valiente que pudo, me ayudó a ponerme algo de ropa para llevarme al centro medico, en el camino me recordaba cuanto me amaba, que cuando vio mi herida sintió como la persona que amaba casi se muere junto a él y no había hecho nada, se sentía culpable por traer a Gustavo a la reunión, yo le decía que no se culpara, que lo de Gustavo no era la razón ni el motivo, tan solo había sido un detonante.


1 comentario: