Que Descarado

jueves, 14 de agosto de 2014

Fiebre de Sabado por la Noche

Tarde de sábado y yo sin ningún plan mas que chatear, pensé que seria una noche mas teniendo sexo tan solo con mi mano derecha muy seguramente viendo algún vídeo porno o imaginándome estando con alguno de esos hombres que me arrechan tanto; el aburrimiento me estaba matando hasta que vi en aquel chat a alguien tan arrecho como yo y proponiendo un encuentro bastante interesante,  le escribí y quedamos de encontrarnos una hora después, me recogería en su moto que por cierto era muy grande,  ya sabía que el tamaño de su máquina no era compensación a alguna medida en la que me interesara mas estar montado, a Carlos yo lo conocía por algunos perfiles en las páginas de contactos y había visto fotos de su descomunal verga, las veces que habíamos chateado yo le sacaba el cuerpo por andar de mojigato y querer encontrar a alguien que me tratara como un príncipe y no darle rienda suelta a la perra que llevaba por dentro que solo dejo salir en momentos de arrechera.
Llegó muy puntal, lo vi en esa moto amarilla y el vestido de cuero,  lo primero que pensé fue en lo loba que se veía así pero detallandolo mejor se veía muy varonil y con mucha actitud, alguien que sabe lo que quiere, como lo quiere y tiene las herramientas para tenerlo cuando quiera; dejé pasar esas ganas de echarme para atrás pues las ganas de hacer algo distinto y con alguien que me pintaba un plan muy interesante,  eran mas fuertes. Me puse el casco, me subí a la moto, me agarré fuerte de la moto, no quería parecer muy niña al tomarlo de la cintura, el trayecto fue corto, nos dirigimos a un sauna que estaba relativamente cerca, el plan sería que él me invitaba la entrada al sauna y yo le daba gusto sin restricciones, habiendo pagado las entradas nos dirigimos a la sección de casilleros, yo andaba nervioso pero aun así me fui desvistiendo rápidamente mientras el se quitaba la chaqueta y el pantalón,  se puso una prenda en cuero también que le cubría solo las piernas, es decir que su culo y verga, a la que le puso un anillo de aquellos que mantienen la erección , quedaban a total disponibilidad,  también se dejó las botas; todo ese porte de morboso me estaba achantando pero me calentaba al mismo tiempo pues ir viendo tremendo semental con tan increíble dotación me aseguraba una noche de sábado de no olvidar, yo no pondría queja alguna pues quien estaba siendo tratado como quería, sería yo. Sacó una pastilla azul,  no supe que era,  la partió por mitad,  para ofrecerme, aunque le pregunté que era y me dijo su nombre genérico,  quedé en las mismas, no sabía qué era, luego me dijo que no me preocupara que eso me haría estar mas relajado, entraría en calor y la pasaría mejor; aunque la verdad yo me caliento muy rápido,  como dicen por ahí,  parezco las 3:55 pues en 5 minutos ya estoy en 4, aún así tomé la pastilla, él ya estaba poniéndose justo como yo lo quería,  con esa verga dura como un fierro, me fue cogiendo del brazo e ingresándome a este sauna, primero u  recorrido por el lugar empezando con la zona húmeda,  dos habitaciones adecuadas como baño turco, la zona del sauna, pequeña pero cómoda, una sala de televisión y otra de proyección de vídeos porno; subimos al segundo piso,  este se sentía más oscuro y frió, una sala de estar amplia llena de sillas playeras, otra sala que solo tenía un gran sillón justo a un ventanal que conectaba a un cuarto oscuro, y luego la sección de cabinas privadas. Habiendo recorrido todo el lugar nos devolvimos al primer piso, donde entramos al turco, estaba vació y aprovechamos para que yo se lo empezara a mamar, una verga muy rica aunque por lo grande no podía tragarla toda pero si que me daba mi festín con ella; desde que ingresamos varios morbosos voyeristas estaban esperando el momento de darle gusto a su fetiche y ya habían ingresado al turco para intentar vernos,  pero lo húmedo del recinto impedía un poco el espectáculo.
En el sofá del segundo piso yo me arrodillaba mientras que él se sentaba en el ventanal, la posición era justo la que yo quería,  podía mamarla cómodamente mientras nos empezaban a rodear aquellos voyeristas; a mi me pone caliente ver un  buen espectáculo pero este era mi turno para darlo, así que tomé esa verga a dos manos y la tragué hasta lo mas que pude dejando mis manos libres para agarrar ese par de bolas y acariciarlas pero también pasándolas por el cuero en sus piernas ; si ese es su fetiche entonces va a querer que su amante lo disfrute también, yo por supuesto no me hacía del rogar. Sentí una mano rosar mis nalgas, no dije nada, Carlos en cambio le hizo señas para que se acercara y tomara su puesto, yo seguí en mi misma postura pues Carlos se hizo detrás mio, abriendo mis nalgas con un par de palmadas en cada una, para luego compensarme con su lengua humedecida que poco a poco me hacía dilatar,  era justo y necesaria para la gran verga que estaría por entrar. Alguien mas se acercó ya que Carlos extendió la mano para cogerle la verga, en ese momento yo dejaba de recibir lengua pues esa boca también se ocupaba mamandosela a aquel hombre, pero no niego que era una gran satisfacción sentir ese par de manos en mis nalgas, una recorriéndome la espalda, otra en mi hombro y por ultimo una en mi cabeza empujándome a seguir mamando. Carlos fue tanteando que tan dilatado yo estaba metiéndome sus dedos, uno a uno hasta ya haber introducido cuatro; luego se puso de pie y sentí toda esa enorme dura y cálida verga entrar de un solo empujón, tuve que apretar las piernas del hombre al que se lo mamaba y abrir mi boca para tomar un poco de aire, luego seguí mamando la verga que tenía frente a mi pues él estaba bastante cómodo con mi mamada y tenía balcón vip para ver esa culiada que se hacía mas intensa a cada instante. Carlos me culió fuerte y duro; mientras yo se lo mamaba al del ventanal y el otro nos morboseaba a Carlos y a mi, en ningún momento olvidaba que estábamos siendo el centro de atención,  ya estaba sintiendo que en mi culo paraba el movimiento,  cuando sentí un cambio de verga en el, ahora Carlos disfrutaba mirando como otro mas se comía lo que el había dejado preparado, el tipo al que yo se lo mamaba no aguantando mas agachó mi cabeza para así bañar mi espalda de deliciosa lechita calientica, lo que dio espacio para que otro mas pasara al ventanal de la mamada, esta nueva verga no era tan grande pero muy dura, también me la disfruté un buen rato así como la que tenia en mi culo, aunque después de la de Carlos cualquiera entraría mas fácil, podía sentir la excelente contextura de ella,  tamaño casi grande, cabezona, que mantenía su erección cálida y dura, este hombre se movía muy rápido lo que hizo que su culiada fuese rápida para así darle oportunidad a otro espectador mas de participar en este culo bien lubricado y caliente, el siguiente que pasó también le sentí una verga rica. Mi hombre por su parte reclamaba su posición de macho alfa empezando a culiar al que me estaba culiando, cosa de lo que me di cuenta al sentir sus manos de nuevo sobre mis nalgas y al que me culeaba sentir que se inclinaba sobre mi espalda, así que saqué la verga de mi boca y me volví a ver, en lo que pude detallar, tenía al morboso que solo tocaba y pasaba sus manos por todas partes esparciendo la lechita que había en mi espalda,  al muchacho que me culeaba, de 28 a 33 años mas o menos cuerpo tonificado y velludo, atrás de él estaba Carlos y otros mas cerca masturbándose viendo la escena.
Quien estaba en medio del sándwich no aguantó y se vino dentro mío,  lo que hizo que otro mas pasara a ser el conector entre Carlos y yo, esto me hacía mamarlo con mas ganas lo que provoque otro derramamiento de lechita sobre mi espalda, como era de esperar pasó otro hombre pero este se sentó en el sofá para besarme, cosa que me ponía mas caliente. Yo ya estaba que no podía mas y afortunadamente para mi el que me culeaba también se vino, aunque Carlos que no lo había hecho volvió a culiarme esta vez mas intenso, apenas me soltó yo bajé el culo para darles a entender a los demás que necesitaba un descanso,  lo que aprovechó Carlos para ir hacia mi cara, retirarla de la boca del otro y bañarmela en lechita,  que luego me fue lamida por quien me estaba besando para luego compartirla conmigo. Carlos se acercó al oído a decirme que estaría un rato en el baño turco y luego se iría y que el sitio estaba abierto toda la noche asi que podría quedarme.
Fui a ducharme y volví a recostarme un poco en las sillas playeras del segundo piso, ya era suficiente culiada para la calentura de ese sábado, también era tarde y no podría regresar a casa. Intenté dormir un poco o bueno hacerme el dormido, no queria ver la cara de ninguno  de los que presenciaron la culiada, solo quería descansar olvidandome del mundo que me rodeaba. Un hombre ya de 43 años se sentó a mi lado y empezó a hablarme, fue muy amable, no mencionó lo que había pasado, así que asumí que podría charlar tranquilo  sin recriminaciones sociales y morales de ningún tipo.  Alberto,  era su nombre, físicamente era agradable y por como me habló me hizo sentir comodo, me invitó una cerveza y luego de ella nos acompañamos en el sauna y el turco. Al rato me dijo que si ibamos a una cabina, lo que me pareció muy buena idea pues la calentura estaba volviendo; apenas entramos me lo empezó a mamar,  lo cual no hacía tan mal, puso mi verga a mil, solo pregunté que le gustaba y me dijo que lo que yo quisiera así que lo recosté en la colchoneta y empecé a mamarle el culo, se lo dejé lubricado y dilatado, apenas para que la punta de mi verga que lo estaba rosando entrara en el, me acomodé un poco y se la mandé con la misma compasión con la que me habian tratado antes, ese culo estaba apretadito de nalgas suaves que se dejaban golpear con mis muslo; en la cabina se concentraba tanto nuestro calor que las paredes se humedecian por el sudor, para mi era un desahogo ser ahora quien culeaba, le di vuelta y lo puse en cuatro lo que me permitía desquitarme por las nalgadas que habia recibido, Alberto estaba encantado, pues yo lo cogía de la cadera y la tiraba con fuerza hacia mi justo cuando con la misma fuerza yo empujaba mi verga, pasaron pocos minutos en esta posición, yo estaba que me venia, él se dio cuenta y volvió a ponerse boca arriba dandome el placer de derramarme sobre su verga, aunque mi lechita salió disparada que le unte hasta la cara, él se restregó con la mano su pecho y empezó a cubrir su verga de mi lechita, se masturbó un poco y también se vino derramando un poquito sobre su misma verga; suspiró y sonrió me dijo que él siempre se venía asi y por eso mismo aprovechaba y disfrutaba la lechita de los demas, para sorpresa mia me dijo que él era quien había lamido mi cara,  yo no lo había reconocido sino hasta ese instante; fuimos a tomar una ducha y luego una cerveza mientras hablábamos de los hombres lindos que habian en el lugar,  algunos pasaban y sonreían al verme, Alberto al fijarse en lo extrañado que yo estaba por esas miradas me contó que algunos de ellos se habian estado masturbando mientras me veian siendo culiado en el sofá,  incluso me señaló a uno de los que me había culiado y yo ni lo reconocía prácticamente me tocó hacer recuento de las vergas que llegué a tener en mi. Luego de muchas risas y otra cerveza, nos enfriamos un poco, así que nos fuimos para el turco, pero en este habian muchos viejitos entonces nos dirijimos a el cuarto del sauna, donde estaba un señor mayor,  mamandole la verga un muchacho que se encontraba acostado cubriéndose la cara con la toallita que suelen dar en sitios asi; entramos y nos sentamos frente a aquellos dos, el señor este pareció incomodarse con nuestra presencia y dejó de mamar, esto nos permitió ver la verga del muchacho, algo larga y delgada, brotaban las venas, circuncidada y puntada,  él ni se movía, al parecer solo quería relajarse y sudar un poco mientras que los demás apreciaban su gran instrumento y le daban placer mamandosela; el hombre nos hizo cara de molestia,  por lo visto no le gustaba que lo vieran mamando, entonces se levantó y salió del cuarto con la cara roja, no sé si de la rabia que le da a uno porque lo interrumpan cuando uno esta haciendo algo que le gusta y que lleguen otros que seguramente lo haran mejor y efectivamente pierda cualquier oportunidad de seguir disfrutando de tremenda verga o  que ya llevaba mucho tiempo aguantando el calor de ese cuarto y se mamó de mamarla y no recibir ni una sonrisa o mirada de placer por aquel sujeto. Alberto sin pensarlo me miró convidandome a mamar pero me sentí nervioso y le hice señas que no y mejor lo hiciera él, la verdad el viejito me pareció bastante desagradable y yo no tenía ninguna intención de probar las babas que había dejado en esa verga, me daba pesar no probarla pues se veía muy provocadora; él fue hasta donde el muchacho que sin destapar su cara hacia que su verga hiciera pequenos movimientos anunciando que estaba totalmente erecta y quería ser consumida; puso sus manos sobre la madera en la que estaba él estaba acostado, bajó su cabeza hasta el punto que sus labios besaran la punta de esa verga ansiosa de ser mamada, luego fue abriendo su boca e ingiriendo, me daba envidia y asco, no podía creer que Alberto le gustara tanto chupar babas de viejos, por mas que esten sobre una verga deliciosa debe ser como besar una fria y dura lapida. El calor estaba insoportable yo sudaba como bestia pero los vi por un buen rato, al muchacho parecía gustarle pues ya había tomado a Alberto de la cabeza y hacía que se tragara por completo su verga, yo miraba envidioso pero asqueado no podía olvidar las babas del viejo; supuse que el muchacho ya se vendría pues ahora tenía sus dos manos agarrando el cabello de su mamador, pero que venida tan demorada o mucho show y nada de nada, me cansé de aguantar calor y lamer el sudor que corría por mi cara, asi que me salí,  fui a darme un duchazo aprovechando que en las duchas había un man que ardía de lo bueno que estaba y mientras esperaba que el acabara yo lo veía, luego que el salió solo volteé para verlo alejarse, me tocó tomar una ducha fría ya no solo estaba acalorado sino caliente.
Un tiempo en una cabina sólo me sirvieron para descansar un poco, me sentía asfixiado por las altas temperaturas del primer piso, aunque el segundo piso no escapaba de las frias noches bogotanas y mas si uno esta sólo. Salí de la cabina para volver a calentarme, el frio me lo tenia mas pequeño de lo que ya es; el turco era el sitio mas cómodo para calentarme sin sudar tanto como me solía pasar en el sauna, además era mas amplio, aunque por ser una zona humeda esta mas propenso a contaminantes yo no le pongo mucho cuidado a eso,  allá no suelen verse escenas sexuales como las presenciadas anteriormente y yo ya estaba mamado de tanta culiadera y de pasar por cada rincón del lugar viendo a dos o mas tipos  culiando o cruzando miradas a ver quien se deja comer de quién, volví a la sala de televisión me divertí un poco mirando una serie que me gustaba, asi pude alejarme lo suficiente del ambiente en el que estaba metido. Ya con mucho sueño me puse a buscar una cabina libre para dormir hasta el amanecer, vi a una pareja salir de una y fui inmediatamente a ocuparla antes que otros me ganaran, cuando crucé la puerta me encontré de frente con el mismo muchacho que había visto en el sauna, de cerca y con mejor luz lo pude ver bien, un cuerpo muy bonito, llamaba la atención un tatuaje que tenía en el brazo el cual no había podido ver por la posición en la que estaba acostado en el sauna, ahora si podía verlo a la cara,  nada especial, le pasa lo que a la mayoría,  tienen que trabajar mucho el cuerpo para compensar la falta de gracia en su cara; pensé por un segundo dar media vuelta y esperar a que otra cabina se desocupara, me invitó a seguir diciendome que el ya saldría,  le agradecí y le dije que no se afanara, asi que nos presentamos, su nombre era Diego, su verga estaba todavia parada,  se disculpó diciendo que la pareja que había salido antes lo dejaron iniciado, eran novios y querían probar una doble penetracion pero el pasivo se sintió intimidado, a mi me dio mucha risa lo que sorprendió a Diego,  entonces comenzamos a burlarnos de la situación a medida que él me contaba los detalles y coincidimos en que eso no es una tarea tan dificil, si uno está suficientemente caliente va a dilatar mucho mejor y que las vergas que van a penetrar lo mejor es que sean largas y puedan mantener la erección; hablar de todo esto nos volvió a calentar, Diego estiró su mano para cerrar la puerta de la cabina pero le pedí que no lo hiciera, le susurré que no nos deberiamos quedar con el antojo, entonces empezamos a besarnos,  besaba delicioso, le eché el brazo lo fui llevando sobre mi mientras me acostaba, sentir ese pecho sobre el mio, sus labios en los mios me hacía olvidar que no era muy bonito de cara, siguió besandome por mi rostro, luego por mi cuello, por un momento sentí cosquillas pero no quería que parase, ya sentía su verga tiesa en mis piernas y aunque ya quería tenerla dentro no queria que me dejara de consentir, bajó y se apoderó de mi pecho, chupaba mis tetillas delicioso, me excitaba cada vez mas, él sabia como se debe arrechar a alguien antes de una doble penetracion, se arrodilló sobre la camilla y me tomó de las piernas alzandome un poco para ubicar mis nalgas sobre sus muslos, yo sentía esa a punto de entrar en mi culo que poco a poco dilataba mas y mas, Diego se agachaba para mamar mi verga, uff si que lo sabia hacer, con sus manos levantanba mi cadera para mamarla toda y cuando la bajaba me esperaba su verga punteandome ya casi para entrar, la sensación indescriptible; volteé la mirada hacia la puerta y allí estaba el mismo chico que quería hacerle doble penetracion al novio, pero solo, se estaba acariciando la verga, de muy buen cuerpo,  muy pocos vellos, le extendí el brazo para que acercara su verga, Diego lo saludo, se llamaba Andrés,  le preguntó por el novio a lo que este respondió que se emputó y se fue, le pedí que cerrara la puerta,  entonces se agachó para besarme, momento que Diego aprovechó para sentarme en su verga, con lo dilatado que yo estaba no me molestó,  mi culo sudaba de fiebre de verga, y ahora una igual de caliente lo poseía,  Andrés puso su verga en mi boca, y que delicia de verga, ver al hombre que me ponia a mamar y al hombre que hacía que mi culo ardiera de placer besarsen, arrecha mucho; Andrés le dijo a Diego que también queria probar ese culo, lo que este accedió después de mandarme su verga hasta el fondo y robarle otro buen beso a Andrés;  me levanté de la camilla para estirar un poco las piernas y permitirle se acomodara para que yo me sentará en su verga y lo cabalgara, entonces podría acostarme sobre su pecho y dejar que Diego también me penetrara y sentir esas dos vergas dentro de mi. Sorpresa grande tuve al verlo alzar sus piernas dejando al descubierto su culo blanco, se veía florecer como rosa, esa escena me encantó,  ese hombre macho, fuerte, de musculos tonificados,  vellos sudados, estaba ahora invitándonos a entrar en ese culo hermoso en medio de dos perfectas nalgas. Diego me cedió el turno, me agaché un poco y escupí su culo, no necesitaba mas dilatación,  por como estaba florecido cualquier verga entraría encontrando muy poca resistencia, escupí ahora sobre mi verga y la fui metiendo poco a poco, quería disfrutar de ese hombre, su mirada penetró en mis ojos, aprovechando su posición pasé mis manos por su abdomen hasta llegar a su pecho mientras que mi verga entraba todo lo que podía, 5 segundos de quietud para contemplar la  calidez que rodeaba mi verga; Diego me dió una nalgada activando mi motor, empecé a culiarme a Andrés,  sabiendo que debía aprovechar cada instante,  estos hombres no se tienen todos los dias, todavía seguía comtemplando su mirada aunque su boca ahora se la mamaba a Diego, el cual luego de un rato reclamó su parte de culo, Andrés siguió en la misma posición, la escena parecía repetirse pero ahora yo solo me ocupaba de besar y morderle la barbilla, luego Diego se inclinó para besarnos los tres, enseguida abrazó a Andrés levantándolo y acostándose él,  Andrés lo cabalgó un poco, luego giró su cuerpo dándole la espalda y volvió a estar en la misma posición en la que me había invitado a culiarlo,  solo que ahora ese culo tenia una verga dentro, una verga que mi verga quería rosar, lo empecé a meter, ahora si encontraba mucha resistencia pero Andrés me apretaba los brazos como diciendo que siguiera, lo volví a meter hasta el fondo, el placer era doble ahora, sentía en calor y suavidad del culo de Andrés y la dureza y grosor de la verga de Diego, la expresión de la cara de Andrés lo decía todo, le dolia pero por nada quería que se lo sacara, con Diego nos movimos, él no tanto como yo, la posición no se lo permitía,  sentir ese movimiento de la verga de Diego apretando la mia es como culiar a alguien y ser masturbado al mismo tiempo,  mejor si es un macho el que hace de pasivo y mejor todavía si ese macho te muestra el placer en la cara y cada beso que te da es como robando tu aliento. Andrés tenía un culo hambriento que nos gustaba mucho pero la posición no da para estar así mucho tiempo,  los tres ya estabamos por venirnos,  asi que él pidió que pararamos para venirnos sobre su pecho, se acostó al lado de Diego y seguimos masturbandonos, yo de pie fui el primero, me derramé muy poco pero se sintió rico, eso puso a volar a Andrés que se masturbaba con mas ganas, Diego fue el siguiente, se dió media vuelta y se sentó sobre Andrés,  se vino muy fuerte que casi lo golpea en la cara y por último la verga de Andrés estalló derramándose hasta su pecho. Andrés dijo que se iría a bañar,  yo me fui con él y después cada quien por su cuenta, ahora me quedaba dormir un poco, me paseé por todo el lugar buscando donde estar comodo, pasé por una cabina y estaba ocupada por Alberto,  lo saludé y entré,  le di un buen beso en la boca, sin olvidar que antes había mamado sobre las babas de un viejito, hablamos de lo que habiamos hecho en ese tiempo que dejamos de vernos, nos acostamos y nos abrazamos hasta dormir; me desperté, le dije que ya me iría,  él dijo que se quedaría durmiendo otro poco, la verdad no sé como hacen para dormir en un sitio así,  fui a ducharme de nuevo, sentía asco de haber dormido abrazado a Alberto,  luego fui hasta el casillero, cuando vi el reloj eran tan solo las 7 de la mañana,  que pereza que tenía,  salí del lugar luego de una sonrisa del chico de recepción y me vi enfrentado a la odiosa luz del sol un domingo en la mañana combianada con los frios amaneceres de bogota y la soledad de ese sector.