Que Descarado

miércoles, 11 de julio de 2012

Tentaciones


Yo estaba muy concentrado en mi nueva religión, llevaba muy poco tiempo de haber sido coronado, es decir, recibir mis collares por la coronación de un oricha. Los orichas son las fuerzas de la naturaleza, las cuales tienen un arquetipo, y personalidad que los identifica, su adoración se remonta a África, Donde culturas como la Yoruba y otras mas, eran quienes tenían esta tradición. Debido a la captura de esclavos por los europeos, estas culturas llegaron a muchos territorios de América, donde se formaron distintas religiones, como la Santería, en Cuba; y el Candomblé, en Brasil. Santería Colombiana, como se llamaba entonces la comunidad, cambió su nombre a Candomblé Colombiano, debido a que teníamos, mas influencia de Brasil; me había transformado, era un nuevo hombre, pero no cualquier hombre, ahora era uno consiente de sus acciones, del destino, de las consecuencias de la vida que llevé por mucho tiempo, que debía mejorar mis actitudes, ante mi y ante los demás, me entregaba ahora a la búsqueda de la santidad, respetando mi cuerpo, y cuidando bastante de mis acciones, no porque alguien me lo impusiera, era mi convicción, era lo que yo había estado buscando y que no había encontrado en la religión cristiana, me gustaba el estilo de vida que tendría, con este cambio de 180 grados renunciaba a muchas cosas que yo hacía, para dedicarme a aprender más sobre el universo, la naturaleza y sus orichas, la sabiduría que encontraría en ellos era indescriptible, tenía ahora nuevas herramientas para una vida de mejor calidad. Yo no tenía prohibido conocer otras personas de mi mismo sexo, la homosexualidad nunca fue un problema, esta comunidad nos albergaba con el amor que Dios tiene sobre su creación, las personas que yo ahora buscaba para conocer, eran personas que debían querer algo serio y estable, ya no mas sexo casual; ahora las condiciones de búsqueda que yo implementaba cuando conocía a alguien, eran alejarme de personas con un estilo de vida libertino, alejarme de ambientes donde la energía fuese baja, donde la lujuria, las borracheras, la falsedad y demás pasiones bajas que tiene el hombre, pudieran afectar mi nuevo camino, pudieran oscurecer y manchar más el espíritu que ahora yo estaba tratando de limpiar, y de mantener en su mayor esplendor.


Duré mucho tiempo solo, guardándome para alguien que en verdad quisiera una relación formal, un compromiso, cada vez que encontraba a alguien que tenía estas intenciones, yo lo estudiaba muy bien, primero tenía algunas citas formales para tomar un café, ir a cine, caminar, en fin, situaciones donde yo pudiera conocer cual era el verdadero interés de la persona. Muchos quedaban aburridos, siempre esperaban que por lo menos a la segunda cita ya se tuviera sexo, otros se desilusionaban por la religión, pues sus costumbres, católicas o cristianas iban en total desacuerdo con las mías; yo que ya había conocido perfectamente estas religiones, sabía exactamente por qué no eran caminos que me proporcionaran una vida de evolución espiritual, como lo estaba encontrando en el Candomblé. Todos los hombres para mi valían la pena y pudieron ser excelentes pretendientes, si sus decisiones no fueran en contrariedad con la meta espiritual que yo tenía, muy pocos estaban dispuestos a estar con alguien como yo, a querer un compromiso verdadero, una relación que no fuese solo de cantidad, de tiempo de duración o de cosas compartidas, sino de calidad en la relación, donde el amor fuese la base de la relación, con principios como el respeto, no solo por la relación, sino también por las costumbres de la otra persona y sus decisiones de vida, la lealtad y entre otros mas no sin dejar un principio bien importante, el de fidelidad, sobretodo eso, la fidelidad que es tan difícil conseguir en el ambiente gay; yo la podía ofrecer, pues mi moral ahora tenía que ser impecable, y sabiendo del destino, no quería hacerle algo a alguien que no me gustaría que me hicieran, pero aunque la otra persona pudiese tener la certeza de mi fidelidad, yo no podía tener esa misma certeza, a mi me comprometía mi evolución espiritual para motivarme a ser fiel, pero a ellos nada mas que sus propias costumbres para motivarlos a la fidelidad, y sabemos que las buenas costumbres y la moral es algo que se ha ido deteriorando desde mucho tiempo atrás, ya los padres no educan a sus hijos con principios, y muchos de los que fuimos bien educados por ellos, nos perdemos en el camino de ser una persona adulta, o también que muchos cambiamos nuestra forma de pensar ya que al ingresar a algunas religiones, nos damos cuenta que sus lideres, sacerdotes y/o pastores, son quienes tienen estos principios guardados en el closset.


Conocí por fin a Harry, un muchacho morenito, joven de 21 años, un cuerpo muy bonito que mantenía con bastante ejercicio, muy trabajador y mas preparado que un yogurt, venía de buenas costumbres, también, había conocido de otras religiones, tenía experiencia con cuestiones sobrenaturales, aunque en esto su experiencia era mayor que la mía, utilizaba métodos adivinatorios como el tarot, me encantaba escucharlo hablar de sus experiencias; nos pasábamos horas mirando televisión y hablando, pues lo tenia en verano ya que me mantenía en mi posición de no tener sexo. Había hecho una ofrenda de aché, la energía espiritual, a mis orichas, este aché sería reservado durante un mes, lo que me impedía para tener sexo, no podía venirme siquiera masturbándome, pues la eyaculación es una de las formas mas poderosas de liberar aché. Harry me estaba comprendiendo, pero a veces era mucha tentación para mi, cuando lo tenía cerca y lo miraba me excitaba mucho, y sobretodo para mi que durar tanto tiempo sin venirme, sin estar con nadie, era una proeza, ya lo había intentado antes de mi coronación y había fracasado, tan solo aguanté 20 días. Después de 2 semanas, compartiendo con él, un día lo acompañé a su casa, él estaba muy cansado y estresado del trabajo, y yo como buen "novio" me ofrecí para hacerle un masaje, él contento pues ya sabia que yo era bueno en eso, y pues también quería ponerme la cascarita para que yo cayera de una vez, yo fui consiente de la trampa de él pero quise seguir, a mi me encantaba su cuerpo y sensualidad; él se quitó la ropa quedando solo en boxer, se acostó boca abajo; yo me arrodillé sobre la cama para empezar con el masaje, me unté un poco de crema humectante en las manos, y comencé a masajearle la espalda, fue un poco incomodo porque yo estaba de lado. Él al ver mi incomodidad, me dijo que me subiera en él, que así podía hacerle un mejor masaje; yo sabía que tenía razón, pero también sabia a la tentación que me estaba exponiendo; me acomodé como él me dijo, con las ganas de sentarme en sus nalgas; su cola era bien levantadita, y afortunadamente o desafortunadamente para mi, ese bóxer la cubría muy bien, dejando que fuese mi imaginación la que volara y viera ese par de nalgas morenitas, que pedían ser mordidas a gritos.
Me coloqué de tal forma que pudiese quedar encima de él pero sin sentarme en su culo, sabia que si lo llegase a sentir me iba a provocar aun mas. Empecé a hacerle el masaje por los hombros y la nuca, haciendo movimientos circulares con los dedos. Mirando ese cuello que siempre me habían dado ganas de morder y chupar, me imagino como un vampiro cada vez que veo el cuello de alguien en esta posición. Seguí bajando poco a poco por su espalda; ya el hecho de tenerlo así me estaba excitando, verle la espalda a un hombre siempre me pone a mil, y mas si es un hombre con quien estoy teniendo una relación afectiva; su espalda, su color de piel, la suavidad, sus músculos tonificados, era un conjunto de tentaciones con las que yo tenía que luchar, Tenía unas ganas inmensas de acostarme sobre él y abrazarlo mientras que le besaba y lamia toda la espalda. Para mí era importante agradarlo a él, quería hacerle un buen masaje, así que seguí bajando intentando enfocarme; para cuando llegué a la parte baja de la columna, me tocó hacerme mas para atrás, ahora, me podía acomodar en sus piernas, claro sin dejarle todo el peso; ya en esta parte seguí con mi masaje intentando ignorar sus nalgas que ya estabas mas a mi vista y al alcance de mis manos. Quería cogerle ese bóxer y quitarselo con la boca, y con mis manos abrirle esas nalgas y meter mi cabeza de lleno en ese culo, dándole lengua sin parar. Pero bueno, tenía que volver a mi realidad, yo estaba haciendo un masaje y tenía que ser lo mas profesional posible, así que me salté las nalgas y seguí haciendo mi masaje por sus piernas, igual de suaves, sin vellos; yo me deslicé hasta sus pies, como para enfocarme en algo mas que sus nalgas, pero los pies también me gustaban, me provocaba lamerlos por todas partes, chupar cada uno de sus dedos, no solo disfrutar de su dedo gordo sino del chiquito, de ese dedo meñique que en los pies casi siempre están feo, ummm perderme en todo su cuerpo.
Para ese momento ya estaba muy excitado, me pasaban mil cosas por la cabeza, tenia que guardar mi aché, pero estaba que explotaba al tener a Harry acostado y semidesnudo ante mi, era una pelea entre lo que me pedía el cuerpo y lo que era mejor para mi espíritu, tras del hecho mi mente no ayudaba mucho, mandándome imágenes de todo lo que podía hacer con ese cuerpo teniéndolo de espaldas. Harry tampoco me ayudó pues con su pie me comenzó a tocar la pierna, palpando si podía encontrar lo duro de mi verga, no tardó en darse cuenta de mi excitación, y si dio la vuelta, mostrando que el bóxer tampoco podía ocultar su excitación, mi mirada se clavo inmediatamente en ese bulto que quería romper la tela para salir. Él se metió la mano sacándolo y mostrándomelo, entonces retrocedí, para mi eso ya era pasar a otro plano, era un punto a donde no debía llegar, "¿Que pasa, no lo quieres?" me dijo, se me hizo agua la boca y el culo,
era obvio que lo quería, desde que lo conocí tenía ganas de sentirle la verga y ahora estaba frente a mi babeando esperando a que yo la chupara y la consintiera con mi lengua, pero preferí retroceder a pesar de su mirada seductora, le dije que eso no estaba bien, era mejor que me fuera y que no hiciéramos nada, la tentación era muy grande y pues aunque digan que lo mejor de las tentaciones es caer en ellas, y si que quería caer en ella. Mi fuerza de voluntad tenia que ser mas grande, es mas importante mi evolución espiritual que una revolcada de unos cuantos minutos.
Me organicé y le pedí que me acompañara a la puerta que me iba a ir para mi casa, él lo hizo de mala gana, le recordé que yo no podía pasar a eso en ese momento, que tocaba esperar unos días. Me fui para mi casa, al otro día hablamos común y corriente por celular aunque no hablamos de vernos, al día siguiente las llamadas disminuyeron y así cada día que pasaba, hasta que cuando nos volvimos a ver fue tan solo en plan de amistad, no hablamos del tema, tan solo el no era una persona que pudiese llevar mi ritmo, ni yo el de él.

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